CINCO AÑOS HACIENDO PERIODISMO FEMINISTA EN CENTROAMÉRICA
Cuando empezó la pandemia del COVID-19, en Guatemala surgió una media digital: Ruda, que se atrevió a escuchar, compartir y levantar las voces de las mujeres, diversidades sexuales y pueblos originarios, entre otras que son silenciadas o discriminadas. Y a pesar de la crisis que se vivía en el mundo, las feministas que formaron la media creyeron que la libertad de expresión, la información y la voz de las mujeres, debía seguir en pie.
Por Ana Alfaro
La fundadora de la Agencia de Noticias Km 169, Quimy De León, priorizó que debía existir un medio con una mirada feminista y desde los territorios, y emergió Ruda. En ese camino la acompañó Nora Pérez, cofundadora de Ruda, quien recalcó que no es el primer medio feminista en Guatemala, pero sí el primer medio nativo digital en Centroamérica.
“Es el primer medio nativo que se nombra feminista en Centroamérica. Esto tiene un impacto social en la región, no es el primero, pero al momento de romper el formato de medio tradicional a medio nativo digital, tiene un efecto en la región y por eso se posiciona no solo a nivel de Guatemala, sino a nivel regional”, expresó Pérez.
Esto abrió una brecha para la reflexión feminista de la mano del periodismo, que en Guatemala ha recibido amenazas y se desarrolla en un ambiente hostil por la corrupción, grupos antiderechos y el conservadurismo que acecha a la región, y que se ha intensificado en los últimos años.
Contrario a lo publicado por medios escritos y televisivos tradicionales, Ruda es un espacio que narra historias de mujeres que luchan, que a partir de su trabajo sufren persecución; así como historias que dan a conocer la diversidad desde los territorios.
“Ruda ha sido una fuente invaluable de apoyo y visibilidad. En un contexto como el mío, donde la represión y la persecución se intensifican contra quienes defienden los derechos fundamentales, se convierte en un altavoz que amplifica las voces, que de otro modo podrían ser silenciadas por el poder”, manifestó desde el exilio Virginia Laparra, exfiscal de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad.
Además, agregó que no es solo el hecho de publicar, sino de dar a conocer temas que generan conciencia, lucha por la igualdad y la justicia social; así como crear espacios solidarios dentro de la colectividad y contribuir a cuestionar las estructuras de poder y desmantelar opresiones contra diversos grupos que habitan en Guatemala.
Ingrid Lee integra el colectivo Madres de los Claveles Blancos, que aglutina a madres de personas con discapacidad e indica que Ruda ha significado un apoyo importante al movimiento donde convergen varias organizaciones de y para personas con discapacidad, que es una de las poblaciones con la cuál el Estado de Guatemala sigue teniendo una deuda histórica. “Hemos sentido un acompañamiento de Ruda dando a conocer las demandas de la población con discapacidad y sus familias. Ha significado sororidad con las mujeres con discapacidad y también con quienes somos madres de personas con discapacidad, y la lucha que hemos llevado por muchos años. El aporte de Ruda es valioso porque da a conocer las demandas y es una forma de educar, de concientizar a la población”, dijo.
Por su parte, Alex Castillo, del colectivo para hombres trans Trans-Formación, manifestó que Ruda ha sido una forma de conectar con quienes les han invisibilizado. “Para nosotres, Ruda ha sido, y es, un puente para conectar con quienes por mucho tiempo han desconocido o ignorado nuestras historias; poder visibilizar a la población transmasculina a través de sus páginas nos ha permitido ser vistos, escuchados y comprendidos en un mundo donde a menudo somos invisibles”. Añadió que Ruda les ha permitido posicionarse frente a la desinformación y tener un espacio para usar sus voces para hablar de ellxs mismxs.
En los últimos años se ha visto una vulneración grave a los derechos humanos y principalmente a los de las mujeres, disidencias sexuales y pueblos originarios y ante ese panorama, Ruda le sigue apostando a hacer periodismo feminista.
Fátima es vocera de las niñas de la Asociación COINCIDIR y mencionó que Ruda da realce al trabajo de las mujeres, personas con discapacidad y niñas que luchan por mejores condiciones de vida. “Siempre cubren las acciones que realizan los sectores más vulnerables; con sus notas periodísticas contribuyen a que sepan lo que está pasando en el país y concienticen de diferentes temas que abarcan en sus notas".
El reto del periodismo feminista es cotidiano, así lo concibe Pérez. “Hacer periodismo, que en estas latitudes es hostil, hacerlo con lo que conlleva nombrarse feminista, hacerlo desde el reconocimiento de que existe un sistema patriarcal”.
En estos cinco años Ruda se ha dedicado a cruzar las fronteras desde lo digital, a contar y teorizar con distintas investigaciones lo que está pasando en los territorios, desde una visión feminista, incluyendo a todas, todos y todes.