“Memorias de una resistencia pacífica”, un libro que narra la historia de La Puya

Créditos: Felisa Muralles sostiene con orgullo su libro en el plantón de la resistencia de La Puya. Foto de Derik Mazariegos

“Esta resistencia es una universidad. Aquí hemos aprendido a defendernos, a hablar, a enfrentar las cosas con la frente en alto. No solo luchamos por nosotros, luchamos por los que vendrán, porque la tierra no es un recurso, es nuestra madre y si la dañamos, no hay futuro”, expresa doña Licha.

Por Derik Mazariegos

El norte del departamento de Guatemala es una región frecuentemente confundida con la ciudad capital, pero en realidad, se distingue por ser mayoritariamente rural, distante de los discursos oficiales y marcada por los desafíos cotidianos que enfrenta su gente. Municipios como San José del Golfo, San Pedro Ayampuc, Palencia y San Antonio la Paz, comparten no solo límites geográficos, sino también un sentido de vecindad forjado en costumbres comunes, la lucha por la tierra y una identidad que, en esencia, se asemeja más al oriente del país que a la dinámica de la ciudad.

El 13 de julio de 2024, en la sala Humberto Ak’abal, de la Feria Internacional del Libro en Guatemala (FILGUA), se presentó un libro muy especial para quienes seguimos de cerca las luchas por la defensa del territorio: “Memorias de una resistencia pacífica: La Puya de 2012 a 2023”, de Felisa Muralles Díaz.

Este libro combina poemas, fotografías y testimonios para construir una crónica viva de esta resistencia, destacando los momentos importantes, los desafíos enfrentados y las victorias logradas por las comunidades organizadas que nunca dejaron de luchar por el territorio.

Durante la presentación del libro en la FILGUA 2024, de izquierda a derecha se encuentran Magalí Rey Rosa, Felisa Muralles Díaz y Ana Cofiño. Foto de Derik Mazariegos

Asistir a la presentación del libro fue un momento de aprendizaje y reflexión como joven de la periferia, del municipio de Palencia, vecino de San José del Golfo y de la lucha histórica de La Puya.

En Palencia, nuestra resistencia, aunque reciente, surge del esfuerzo por rescatar una cultura que se va perdiendo, enfrentar desafíos políticos, sociales y ambientales, y monitorear las licencias de exploración y explotación minera que amenazan el territorio, mientras revalorizamos nuestras raíces de origen Xinka, evidentes en las toponimias de algunas aldeas y en un sincretismo religioso que persiste como parte de nuestra identidad.

Acompañar los aniversarios de La Puya nos ha permitido aprender de su ejemplo y encontrar inspiración para fortalecer nuestras acciones a través de la investigación comunitaria, el arte y el juego, reconociendo que compartimos desafíos similares y la misma necesidad de resistir y proteger nuestro territorio.

Miembros del colectivo Chiviricuarta cantando en el plantón de La Puya, durante el 12 aniversario de resistencia pacífica. Foto de Derik Mazariegos

Conoce más detalles acá: https://prensacomunitaria.org/2024/03/la-puya-conmemora-12-anos-de-resistencia-pacifica-contra-la-mineria/

La voz de doña Licha y La Puya: un legado de resistencia

El libro de doña Felisa Muralles Díaz, conocida cariñosamente como doña Licha, narra con honestidad y profundidad una década de resistencia pacífica en La Puya. Es un testimonio de cómo la organización comunitaria puede enfrentar amenazas extractivistas, superando dificultades internas y fortaleciendo la solidaridad. En sus páginas se escucha la voz de una comunidad que ha transformado el dolor en aprendizaje y la lucha en una forma de vida. Para doña Licha, escribir estas memorias es un legado para sus nietos, quienes, como ella espera, podrán decir: “Mi abuelita intentó proteger nuestro territorio y nuestra agua”.

La resistencia pacífica de La Puya, nacida el 2 de marzo de 2012 en los municipios de San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, surgió como respuesta a un proyecto minero autorizado sin consulta previa.

La comunidad expresó su rechazo al proyecto El Tambor, mediante un plantón permanente frente a la mina, resistiendo agresiones físicas, intentos de asesinato, detenciones y campañas de desprestigio. A pesar de estas dificultades, La Puya se convirtió en un símbolo de resistencia pacífica y aprendizaje colectivo, lo que doña Licha describe como una “universidad de la vida”.

Este proyecto minero se compone de 11 licencias, entre las cuales se encuentra la denominada “Progreso VII Derivada” otorgada por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) a EXMINGUA, S.A., subsidiaria de Radius Gold Inc., el 30 de septiembre de 2011, durante el último año del mandato del presidente Álvaro Colom (2008 – 2012).

Esta licencia autorizaba la explotación de oro y plata en un área de 20 kilómetros cuadrados, con una profundidad de hasta 10 kilómetros lineales.

La lucha de La Puya enfrenta numerosos desafíos legales y sociales, incluyendo un desalojo violento en 2014 y denuncias judiciales contra sus miembros por supuestos delitos, mientras que las actividades mineras ilegales continuaban pese a la orden de suspensión otorgada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en febrero de 2016. EXMINGUA, S.A. fue denunciada penalmente por explotación ilegal de recursos naturales, pero la falta de avances en el sistema de justicia ha dejado estas acciones en la impunidad, poniendo en evidencia los retos que enfrenta la defensa del territorio en Guatemala.

El libro de doña Licha más que una memoria, es un llamado a la reflexión sobre los costos y logros de quienes se organizan para proteger su tierra y su agua. Su testimonio nos recuerda que la resistencia no solo es un acto de defensa, sino también una forma de construir comunidad y preservar la identidad frente a las adversidades del extractivismo.

Conoce más detalles acá: https://prensacomunitaria.org/2017/03/las-mujeres-y-la-resistencia-pacifica-de-la-puya/

La narrativa de Felisa Muralles Díaz

Conversar con Felisa Muralles Díaz, la autora de este libro que está lleno de memorias de resistencia, revela una historia que va más allá de las palabras plasmadas en sus páginas. Fue en 2012, al inicio de la resistencia, cuando una hermana religiosa de doña Licha la alentó a escribir. “Mira, esa historia hay que escribirla porque nunca había pasado algo así”, recuerda que le dijo, inspirándola a registrar los eventos que marcaban su comunidad. Lo que comenzó como un diario personal evolucionó en un proyecto literario más ambicioso, gracias también al apoyo de su esposo y a la colaboración de Ana Cofiño, editora de La Cuerda, quien guio el proceso de publicación durante dos largos años.

El camino no fue sencillo. Los primeros poemas, creados junto a su hermana, mezclaban perspectivas: la religiosa y la vivencial. Esta colaboración inicial marcó el tono personal del libro, que mezcla narrativas íntimas con una visión colectiva. Al recordar este proceso, doña Licha comenta cómo al principio pensó que solo sus nietos leerían estas memorias, pero pronto comprendió que su mensaje debía llegar más lejos.

Sin embargo, también expresa cierta desilusión. Tras la presentación en FILGUA 2024, la comunicación con Ana Cofiño, editora del libro, se interrumpió, y el libro no ha recibido el impulso que ella esperaba. “Es una lástima”, reflexiona. “Porque me hubiera gustado seguir trabajando juntas para que la obra llegara a más personas, pero entiendo que cada quien tiene sus prioridades”, agrega.

Cuando se le pregunta qué espera lograr con el libro, Felisa responde con humildad: “Espero que inspire a la gente a organizarse. No espero fama ni dinero, solo quiero que sea útil para otros”. Sin embargo, lamenta que la distribución en su propia comunidad haya sido limitada. “Aquí, en nuestra comunidad, ni siquiera saben que lo hice”, asevera, pero mantiene la esperanza de que su obra trascienda fronteras y motive a nuevas generaciones.

Aprendizajes y conexiones

La presentación del libro en FILGUA 2024 estuvo cargada de emoción, no solo porque marca más de una década de resistencia pacífica, sino porque celebra las voces de quienes históricamente han sido marginados. Este libro, además de ser un recuento histórico, es un testimonio de dignidad, fuerza y organización comunitaria. Es también un llamado a las juventudes como la mía, que habitamos el norte del departamento de Guatemala, a mantenernos firmes y a defender nuestros territorios con creatividad, solidaridad y convicción.

Lo que más me impactó del libro fue la honestidad con la que aborda los desafíos internos del movimiento: la organización de turnos, la gestión de recursos y el peso emocional de una lucha prolongada. Sin embargo, entre estas dificultades, la solidaridad es inspiradora. El liderazgo de doña Licha brilla como un testimonio del poder de la comunidad y la fe. Habla con franqueza sobre cómo esta resistencia la transformó, no solo como lideresa, sino como persona. “Antes aceptaba todo sin cuestionar. Ahora decido por mí misma y lucho por lo que creo”, asegura.

Un legado para el futuro

Leer este libro y asistir a su lanzamiento reafirmó la urgencia de proteger nuestros territorios. En Palencia y municipios como San Antonio la Paz, San Pedro Ayampuc y San José del Golfo, las licencias mineras y proyectos extractivistas amenazan no solo los recursos naturales, sino también nuestra identidad como comunidades. Estas historias no son aisladas, forman parte de un tejido más amplio que conecta resistencias desde San Juan Sacatepéquez hasta el Valle del Polochic, Santa Rosa, Jalapa y más allá. Todas comparten el objetivo común de defender el territorio, la vida y la dignidad frente a modelos que priorizan las ganancias sobre las personas.

Cartel de “Comunidad en resistencia” colocado en el plantón de La Puya, símbolo de la unidad y determinación de las comunidades en defensa de su territorio. Foto de Derik Mazariegos

La voz de doña Licha destaca el rol esencial de las mujeres en estas luchas, celebrando la fuerza, unidad y esperanza que nacen de resistir. Este libro es más que un relato histórico, es un testimonio de cómo construir comunidad y dejar un legado que trascienda generaciones.

En el marco de este legado, la resistencia pacífica de La Puya, está próxima a celebrar 13 años de lucha, y se encuentra ahora en un momento crucial: el proceso de preconsulta y consulta basado en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este proceso es un hito en la búsqueda de justicia y protección ambiental, reconociendo el derecho de los pueblos originarios a ser consultados sobre proyectos extractivos en sus territorios.

Felisa Muralles durante la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos en el plantón de resistencia pacífica de La Puya. Foto de archivo del colectivo Chiviricuarta

A pesar de los desafíos, como la falta de voluntad política y los intereses económicos que amenazan la integridad del proceso, la resistencia persiste. Alimentada por la esperanza de un futuro en el que las voces comunitarias sean escuchadas y respetadas, esta lucha es un recordatorio de que defender el territorio es también proteger la vida y la dignidad.

Conoce más detalles acá: https://prensacomunitaria.org/2024/08/la-resistencia-de-la-puya-realiza-festival-para-recuperar-su-identidad-y-memoria/

Así, este libro no solo relata una década de resistencia, sino que inspira a enfrentar nuevos retos, reforzando el compromiso de las comunidades de construir un futuro donde la justicia, la solidaridad y la preservación de la tierra prevalezcan.

Conoce más detalles acá: https://prensacomunitaria.org/2020/06/cc-emitio-sentencia-definitiva-a-favor-de-la-puya/

Prensa Comunitaria

Somos la agencia de noticias Prensa Comunitaria Kilómetro 169 en Guatemala, conformada por un equipo multidisciplinario que proviene de las ciencias sociales, el periodismo, el arte, los feminismos y el medioactivismo. Estamos trabajando desde el nivel comunitario, nacional y fuera de nuestro país. Prensa Comunitaria se legalizó como una agencia de prensa alternativa el 20 de diciembre de 2012.

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