Paulina Ixpatá: “Pido justicia y que se castigue a los responsables”

Foto: Angie Ross

Paulina Ixpatá Alvarado, sobreviviente de las masacres perpetradas en Rabinal, Baja Verapaz, durante la Guerra Civil, declaró en el juicio por el Caso Mujeres Achi’, en el que están acusados tres expatrulleros de Autodefensa Civil (ex PAC) por violencia sexual y crímenes contra los deberes de la humanidad cometidos contra 36 mujeres. La testiga reconoció en los imputados Félix Tum Ramírez y Pedro Sánchez Cortés, a los hombres que la violaron en un destacamento militar durante 25 días, en 1983.

Por Jasmin López

Con el rostro descubierto y la frente en alto, Paulina Ixpatá se presentó ante el Tribunal de Mayor Riesgo B, en la audiencia realizada el 19 de febrero, para testificar sobre los delitos cometidos contra la población civil durante la guerra interna que se desarrolló en Guatemala entre 1960 y 1996. Los ex PAC Félix Tum Ramírez, Pedro Sánchez Cortez y Simeón Enríquez Gómez enfrentan cargos en este proceso, el segundo del caso Mujeres Achi’, en el que se lograron condenas contra otros cinco ex PAC por los mismos crímenes, y se expuso la utilización de la violencia sexual como arma de guerra.

En su testimonio, doña Paulina señaló directamente a Tum y Sánchez, cuyos nombres y rostros recuerda nítidamente, así como la fecha en la que uno de ellos, vestido de civil, se la llevó por la fuerza al destacamento de Rabinal. El 25 de septiembre de 1983, relató, estando en el mercado con su mamá, un grupo de hombres la rodearon y la trasladaron en un pick up al lugar donde la tuvieron encerrada por 25 días, durante los cuales varios expatrulleros y soldados del Ejército de Guatemala la sometieron a golpes, torturas y violaciones. 

Otras mujeres, vecinas de la comunidad, también estuvieron allí, detenidas ilegalmente, y sufrieron el mismo maltrato que ella.

“Llegando al destacamento me metieron en un cuarto, cuando me di cuenta de que mi prima Pedrina Ixpatá Rodríguez ya estaba encerrada”. Doña Paulina también narró que poco a poco fueron llegando más mujeres de la comunidad, y que tanto los soldados como los ex PAC no tenían consideraciones con ninguna de ellas. “Empezaron a violar sexualmente a doña María Candelaria y a doña Lucía Jerónimo. Doña Lucía Jerónimo (estaba) esperando un bebé, y todavía reclamaba que ‘Yo estoy embarazada’, y no les importaba nada”.

Luego de presenciar estos actos, Paulina fue violada sexualmente por el entonces PAC Pedro Sánchez Cortés, quien le dijo, según Paulina, “¿Por qué te dejás con la guerrilla, pues?”.

Doña Paulina, que en ese entonces tenía 19 años de edad, fue violada sexualmente durante los 25 días que permaneció secuestrada en el destacamento militar. Ella no recuerda cuántos soldados “pasaron con ella” -una de las frases que utilizó para referirse al hecho, ante la falta de una palabra en idioma Achi’ para designar la violencia sexual-, porque “allí no se puede contar”. Los hombres, todos ellos miembros del Ejército o de grupos paramilitares, reclutados entre su propia comunidad, hacían fila para violarlas. “Yo le pido justicia y que se castigue a los responsables de la violación sexual”, fue su demanda a las juezas.

La lucha después de la guerra

Las consecuencias en la salud de doña Paulina a causa de las violaciones siguen presentes en su vida: se le “bajó” la matriz luego de dar a luz a su primera hija, por lo que tuvo que ser operada. El asma, provocado por los baños de agua fría a los que los victimarios la sometieron en las noches y madrugadas mientras la mantuvieron cautiva, es otra de las secuelas con las que vive. Su vida y su cuerpo “ya no es igual a como cuando uno está bien”, aseguró.

Las 36 querellantes, de las cuales siete ya fallecieron, demandan en este proceso que se cumplan las 12 medidas de reparación digna ordenadas en la primera sentencia, que sus testimonios tengan credulidad y se sancione a los acusados como criminales de guerra. 

En Rabinal los patrulleros continúan viviendo con sus familias, sin repercusiones por los crímenes que cometieron. La comunidad cargó sobre las mujeres sobrevivientes la culpa que les correspondía a los violadores. Doña Paulina llegó este 19 de febrero al juzgado para devolvérselas. Es difícil contar lo que sucedió, dijo, “pero es verdad lo tengo que decir”.

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres.

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