Día contra la LGBTIQ+fobia: un llamado a vivir plenamente la identidad de género y orientación sexual
A finales del siglo pasado, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad del listado de enfermedades mentales. Treinta y cinco años después, organizaciones de personas diversas continúan en la lucha por el respeto a sus derechos humanos frente al odio y la LGBTIQ+fobia.
Por Violeta Cetino
Las siglas LGBTIQ+ corresponden a cada una de las palabras que designan a la diversidad de géneros que posee la humanidad: L: lesbianas, G: gay, B: bisexuales, T: transexuales, I: intersex: queer, +: las demás que hasta ahora no han sido nombradas. Todas las personas que se autodenominan con alguna de las letras y su significado tienen derecho a vivir plenamente su identidad de género como la viven las y los heterosexuales.
Sin embargo, existen quienes proclaman ideas que niegan los derechos de las personas diversas, impulsan discursos de odio en su contra y ejercen violencia de todo tipo contra ellas por su sola existencia. A este odio se le llama fobia, término considerado por la OMS como “un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso e irracional a un objeto, animal, actividad o situación específica”.
Las personas diversas se enfrentan a la vulneración de sus derechos, a la violencia física, psicológica y sexual, e incluso a atentados que ponen en riesgo su integridad y que en muchos casos, acaban con su vida.
De acuerdo con con el Informe Anual del Observatorio de Derechos Humanos y Violencias por Orientación sexual e identidad de género “Procesos de Alteridad la Construcción del otro en Guatemala”, realizado por la Asociación LAMBDA, 36 personas LGBTIQ+ fueron asesinadas en Guatemala en 2024 por motivos presuntamente relacionados con su orientación sexual, identidad y/o expresión de género.
De los 36 casos de asesinato, 19 eran hombres gays, 7 bisexuales, 5 mujeres trans, 4 mujeres lesbianas y 1 mujer queer. Además, el 2024 es el segundo año con mayor número de muertes violentas registradas por el Observatorio.
Los meses en que se eleva comúnmente la violencia homicida contra la población diversa son junio y julio, que coinciden con las celebraciones del orgullo LGBTIQ+. Sin embargo, en 2024 no fue así. Según datos del Observatorio LAMBDA, el resto de meses se registraron al menos tres homicidios contra personas de la diversidad sexual, siendo marzo, noviembre, abril y septiembre con mayores reportes.
Las violencias que viven los hombres trans
Alex Castillo es un hombre trans, director de Trans-Formación, el primer colectivo de hombres trans conformado en Centroamérica. Su historia refleja las muchas violencias que viven los hombres trans en sociedades conservadoras y violentas como la de Guatemala.
Debió esperar 43 años para que pudiera autonombrarse como hombre trans, debido a que nunca había obtenido información sobre esta identidad de género. “¡Guau! Esto existe”, pensó al conocer sobre el término y cómo lo definió, “Nombrarme hombre trans fue lo más satisfactorio para mí y obtener la paz más grande conmigo mismo”, compartió.
Además, contó que a las personas asignadas femeninas al nacer les ha tocado vivir calladas y en silencio, sin que les sea permitido cuestionar su cuerpo. “Lo que se nos dice es: ‘tiene que llegar virgen al altar, nacer, crecer, reproducirse y morir’”, aseguró.
Alex considera que debido a esta crianza en silencio, las poblaciones de lesbianas (mujeres que aman a otras mujeres), hombres trans (personas con género femenino asignado al nacer y que realizan su transición hacia el género masculino), y especialmente las personas intersex (que nacen con características sexuales, como la anatomía sexual, órganos reproductivos, patrones hormonales y/o cromosomales, que no encajan con los conceptos típicos binarios de cuerpos masculinos y femeninos) que son asignadas femeninas al nacer, muchas veces no son mencionadas dentro de las siglas LGBTIQ+.
No hay grupos organizados y no se les permite hablar desde quiénes son y cómo deben de construirse a sí mismas, “porque a mí me educaron a no cuestionar, a no hablar, a que debo de crecer con todas las violencias impuestas por el mundo, porque yo fui asignado femenino al nacer y por lo tanto debo callar”.
Por otro lado, también ha enfrentado retos dentro de la misma comunidad LGBTIQ+, al no ser visibilizados dentro de las siglas. “Yo podía nombrarme lesbiana, lesbiana butch (lesbiana que adopta una expresión de género considerara masculina), lesbiana marimacha, pero nombrarme hombre trans fue un insulto dentro de la comunidad”.
Uno de los privilegios que le da el ser un hombre trans, dijo, es no sufrir de acoso sexual callejero y que no vive el miedo a ser violentado en este espacio, ni psicológicamente, ni físicamente, “pero sexualmente, sí, si entro a un baño sí corro un gran riesgo”.
Alex Castillo, segundo de izquierda a derecha, durante su participación en el panel “Identidad de género desde mi historia”, organizado por LAMBDA. Foto: Violeta Cetino
Sobre las violencias que enfrentan los hombres trans, Alex identificó a la familia como el primer violentador. “La primera violencia la sufrimos desde la casa, no es lo mismo expulsar al niño que expulsar a la nena, hay que dejar a la nena en la casa”, contó.
Pero es allí donde se inculca el papel de que se ha nacido para crecer, reproducirse y morir, “entonces la mayor violencia que ejercen en nuestros cuerpos es la violencia sexual”, con el afán de “corregir” la identidad de género y “cumplir” con lo que debería ser según el sexo femenino asignado al nacer y desde una posición machista y misógina.
Conoce más sobre los desafíos que enfrentan los hombres trans en Guatemala:
https://www.rudagt.org/temas/ser-luchar-y-trabajar-el-desafo-de-los-hombres-trans-en-guatemala
Las víctimas colaterales de la LGBTIQ+fobia
La violencia ejercida contra las personas diversas también golpea a quienes conviven con ellas. Alex tiene dos hijxs, ambxs son resultado de la violencia sexual que sufrió. Aseguró que muchas veces la violencia sexual que se ejerce sobre los cuerpos de los hombres trans es muy fuerte y que, como cuerpos capaces de gestar, también tienen hijos e hijas.
Esta cadena de violencia se perpetúa cuando se cuestiona a hijos, hijas e hijes que tienen un padre trans, sobre todo cuando se realizan documentos legales donde aparecen dos nombres masculinos. En Guatemala es legal el cambio de nombre, de femenino a masculino y viceversa, mas no el cambio de género.
“Esta violencia nadie la conversa, nadie la pone sobre la mesa”, afirmó Alex, quien tiene una nieta de 9 años a quien le han prohibido hablar sobre que tiene un abuelo trans, pues la pueden expulsar del colegio, porque “la niñita ya está hablando de ideología de género”.
Las violencias que no cesan
De acuerdo con el informe del Observatorio de LAMBDA, por cuatro años consecutivos la asesoría legal con mayor demanda por la población LGBTIQ+ en Guatemala ha sido aquella relacionada con la violación de sus derechos humanos, lo que constituye un indicador alarmante de la violencia sistemática y multifacética a la que se enfrenta esta población en el país.
De las 315 asesorías legales que brindó LAMBDA en 2024, 115 fueron sobre violaciones a sus derechos humanos. Dentro de estas asesorías, el 20% estuvieron relacionadas con la vulneración del derecho a la identidad de género; el 9% con la vulneración del derecho a la salud; el 8% con la vulneración del derecho al trabajo; el 2% con la vulneración del derecho al matrimonio.
En tanto, el 25% se relacionaron con la vulneración del derecho a la migración segura; el 4% con la vulneración del derecho al acceso a justicia y el 32%, con la mayor demanda, estuvieron relacionadas con la vulneración del derecho a la vida.
Ejecuciones extrajudiciales contra la diversidad sexual
El 18 de abril de 2024, Eldin Choc y Milton Santamaría fueron detenidos en San Andrés Itzapa y trasladados a la subestación de la Policía Nacional Civil (PNC), donde ambos fueron torturados y asesinados por agentes, incluido el subinspector Edy Vásquez Rabanales.
Lee más sobre este caso de homofobia en el siguiente link:
De acuerdo con el Ministerio Público, la captura fue ilegal debido a que Eldin y Milton no cometieron ningún delito o falta. En tal sentido, los delitos cometidos por agentes de la PNC fueron catalogados como ejecución extrajudicial y desaparición forzada, motivados por prejuicios hacia su orientación sexual, pues ambos eran parte de la comunidad LGBTIQ+.
Los testimonios recabados y las evidencias demostraron que las palabras del subinspector reflejaron el odio contra la comunidad LGBTIQ+. “Te voy a enseñar a ser hombre”, son las expresiones que utilizó y que reflejan la falta de un entorno libre de estigmas y prejuicios, resaltó el informe de Lambda.
Amenazas legislativas contra la comunidad LGBTIQ+
En 2024 fueron presentadas iniciativas de ley dentro del Congreso de la República, promovidas por diputados y grupos antiderechos.
Una de estas es la iniciativa de ley 6475 “Reformas al código penal indemnidad sexual”, la cual busca sancionar con prisión a quien promueva o incite a través de la difusión de información o ideas, conceptos relacionados con la determinación de una identidad de género distinta a la asignada biológicamente como hombre o mujer.
Otra, es la iniciativa de ley 6473 “Ley para la conservación integral de la sociedad”, que busca crear un marco normativo para “promover, proteger y defender la vida y la familia como núcleo fundamental para conservar el desarrollo integral de la persona en sociedad”, al tiempo que busca “prohibir el adoctrinamiento en los centros educativos, fuera de los valores conservadores familiares”.
De acuerdo con LAMBDA, esta iniciativa niega “el derecho a formar una familia y a disfrutar de los múltiples beneficios legales, sociales y económicos que automáticamente se otorgan a las parejas heterosexuales casadas”.
Además, apunta que el sentimiento de rechazo e incomprensión, intensificado por una ley que criminaliza su identidad, aumentaría drásticamente el riesgo de desarrollar problemas de ansiedad, depresión y, en los casos más extremos, conductas suicidas, citó el informe.
La LGBTIQ+fobia en los territorios
Desde el año 2020, después de Guatemala, Izabal ha sido el departamento con el mayor número de muertes violentas contra personas de la diversidad sexual en todo el país, pero en 2024 junto a Quetzaltenango, ocupó el tercer lugar.
Guatemala, San Marcos y Santa Rosa son los departamentos que presentaron mayores registros de muertes violentas de personas LGBTIQ+ en 2024, y Chimaltenango y Quiché tuvieron por primera vez al menos una muerte violenta, según los datos del Observatorio de LAMBDA.
Diego Lima, coordinador del informe, reconoció que existe un subregistro respecto a los datos recabados, sin embargo, indicó que la metodología y el trabajo riguroso con los cuales se obtuvo la información permite tener una noción más precisa de las violencias que sufren las personas LGBTIQ+ en Guatemala.
Por su parte, Carlos Valdés, director de LAMBDA, consideró importante que la comunidad LGBTIQ+ vuelva a ocupar los espacios públicos, pues estas violencias son un intento por apartarla y borrarla.
Resaltó, que, en 2012, por ejemplo, no se contaba con datos que permitieran avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de las personas diversas, como se tiene ahora.
La OMS eliminó del listado de enfermedades mentales el homosexualismo en 1990, pero la LGBTIQ+fobia aún se mantiene y aunque padecer un trastorno mental no debería ser motivo para avergonzarse, sí lo es promover el odio y el rechazo hacia las personas de la diversidad sexual. Ante estos contextos de vulnerabilidad la idea que debe predominar es que el odio jamás podrá contra el amor.