Un futuro de dignidad e igualdad para todos y todas
Foto: Archivo Ruda
Por Olivier Jacques, Embajador de Canadá en Guatemala
En cada rincón del mundo, los seres humanos compartimos la aspiración de gozar de dignidad, igualdad y acceso a la justicia. Como representante de un gobierno que prioriza los derechos de sus ciudadanos y ciudadanas, incluyendo a los miembros de la comunidad LGBTQ+, escribo este artículo con profundo respeto hacia el pueblo de Guatemala, y con la esperanza de contribuir a la construcción de un futuro más incluyente.
Guatemala es una nación de gran riqueza cultural e histórica, con un pueblo que ha demostrado su resiliencia. Las y los guatemaltecos han demostrado su fortaleza ante la adversidad y su profundo compromiso hacia la familia y la comunidad. Estos valores—compasión, solidaridad y respeto—son la fundación sobre la cual se puede construir una sociedad más justa, una sociedad en la que cada persona, sin importar su orientación sexual o identidad de género, sea tratada con dignidad.
En la actualidad las y los guatemaltecos miembros de las comunidades LGBTQ+ continúan enfrentándose a desafíos importantes: la discriminación en su lugar de trabajo, barreras que no les permiten tener acceso a la salud y a la educación y, trágicamente, actos de violencia que no son penalizados. Esta problemática no es exclusiva de la comunidad LGBTQ+, hablamos de cuestiones de derechos humanos. Y todos nosotros, como miembros de la comunidad global, debemos unirnos en defensa de los derechos fundamentales de cada individuo.
Yo creo firmemente que es posible avanzar. A lo largo de América Latina, los países están tomando pasos firmes y valientes para reconocer las uniones del mismo sexo, proteger a las y los individuos transgénero y promover la educación inclusiva. Estos cambios no borran la tradición—enriquecen y aseguran que las y los ciudadanos en su diversidad sean valorados y gocen de la protección de la ley.
Canadá, al igual que Guatemala, es una nación diversa. Nuestro camino hacia la igualdad ha estado plagado de dificultades. Pero hemos aprendido que la diversidad es justamente lo que nos hace más fuertes. Cuando protegemos los derechos de una minoría, edificamos la dignidad de todos y todas.
A los líderes, legisladores y ciudadanos de Guatemala: el camino hacia la igualdad no siempre es fácil, pero siempre será el camino correcto. Al promover el diálogo, escuchar las voces de las y los guatemaltecos pertenecientes a las comunidades LGBTQ+ y al respetar los compromisos internacionales adquiridos por el Estado en el tema de derechos humanos, Guatemala puede seguir siendo un rayo de esperanza y resiliencia en la región.
Junio es el Mes del Orgullo, y nos brinda una buena oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos trabajar juntos—traspasando fronteras y uniendo culturas y comunidades—para construir un mundo en el que cada persona pueda vivir libremente, amar abiertamente y prosperar sin miedo.