“Yo vengo migrando, migrando de cada localidad”, explicó Victoria Ventura, mujer trans. Durante su infancia, en Jutiapa, fue violentada por sus compañeros en la escuela por su identidad. En su comunidad, algunas personas incluso dijeron que la querían quemar. Fue esta situación la que la hizo desear migrar. 

Victoria migró hacia Ciudad de Guatemala entre los doce y trece años, en 1990. Buscaba una mejor vida y más oportunidades. Pero al estar en la ciudad, la realidad fue diferente: se encontró con un entorno más peligroso, sobre todo, para las mujeres trans. “Eran asesinadas y violentadas por las entidades del gobierno, tanto de la Policía Nacional Civil, como el Ejército”, narró.

Archivos de la Policía Nacional Civil evidenciaron que durante las décadas de 1960 a 1990, durante la guerra interna, se detuvo a más de 156 personas trans, homosexuales y lesbianas. El argumento: “homosexualidad y pederastia”. 

En 1997, María Conchita Alonso, mujer trans, también de Jutiapa, fue asesinada a unos pasos de la organización LGBTIQ+ OASIS. Esto detonó indignación, sus amigas realizaron una misa en su nombre que terminó en una caminata. Este acto llamó la atención de los periódicos, tanto así que fue recordada como “la primera marcha gay en Guatemala”. 

Esta realidad sigue presente en la vida de las mujeres trans, por ello Victoria, junto a otras compañeras, han decidido enfrentarla. “Nos reunimos a hablar de nuestras vivencias y ver cómo estábamos. Decidimos organizarnos para hablar sobre la temática. Pero era peligroso, muy peligroso”, indicó. En esa etapa, se dieron cuenta de que el movimiento trans en el país estaba centralizado en la Ciudad de Guatemala, aun cuando los derechos de las personas trans también eran violentados en otras regiones. 

Junto a sus compañeras, Victoria asumió el compromiso de evidenciar las violencias que las mujeres trans de otras regiones atravesaban. “Hay muchos transfemicidios que permanecen impunes. Queremos visibilizar estos casos y recordar también que otros derechos, como el derecho al trabajo, a la salud y a la educación, que no son garantizados”, explicó. Entonces, decidieron formar la Red Nacional de Personas Trans.

Victoria es fanática de Selena debido a que la reconoce como una persona dinámica, a quien le gustaba la música y el baile. Características que también definen a Victoria. Ella sueña con que las mujeres trans en Guatemala puedan seguir sus sueños, como lo hizo la cantante. “Quiero que se desenvuelvan como a ellas les gusta por medio, por ejemplo, de becas de emprendimiento”, comentó.

Las mujeres trans no reciben apoyo por parte del gobierno. Sin embargo, Victoria quiere que eso cambie. “Queremos decirle al gobierno que no somos sus enemigas, somos sus aliadas porque aportamos”, señaló. Una de las principales carencias que identifica es en el Sistema de Salud, el cual no está preparado para atenderlas. Pero sus sueños para las mujeres trans van más lejos. “Quiero que el trabajo sexual no sea la única opción para ellas y que no pasen por lo mismo que yo pasé”, finalizó.