Testimonios de mujeres Achi' exponen la crueldad de las PAC
Continúa el juicio del caso Mujeres Achi', en el que 36 mujeres sobrevivientes de violencia sexual y crímenes contra la humanidad llevan ante la justicia, en una segunda ocasión, a tres exparamilitares por estos delitos. Este se lleva a cabo en el Tribunal de Mayor Riesgo “B”, y en su segunda audiencia realizada el 30 de enero se conoció el peritaje realizado por el Ministerio Público, que expuso la magnitud del daño que tuvo esta violencia sobre la vida de las 36 querellantes. Los efectos, dijo una de las expertas, fueron intergeneracionales.
Por Jasmin López
“Lo que más me dolió en el corazón fue la violación porque me agarraron como un animal. Cuando lo sentí es cuando me dijeron que me iba a conocer mi marido en la noche. Por eso ahora no borro el pasado, porque yo lo viví en carne propia”. Pedrina Alvarado es una de las sobrevivientes de las masacres y la violencia sexual perpetradas por el Ejército guatemalteco y los grupos paramilitares contra la población maya Achi', en Rabinal, Baja Verapaz.
40 años después de estos hechos, Pedrina conforma el grupo de 36 mujeres Achi' que están haciendo historia al pedirle cuentas a los expatrulleros de Autodefensa Civil (PAC) Pedro Sánchez Cortez, Simeón Enríquez Gómez, Félix Tum Ramírez, y al Estado de Guatemala. Anteriormente, en el 2022, las mujeres Achi' lograron una sentencia de 30 años contra cinco ex PAC por delitos contra los deberes de la humanidad.
En la audiencia del 30 de enero, la psicóloga Mónica Pinzón y el médico Cristian Ruiz expusieron ante el Tribunal, presidido por la jueza María Eugenia Castellanos, los hallazgos del extenso peritaje realizado en 2016 a las querellantes. Concluyeron que el daño realizado a las mujeres tuvo impactos devastadores en todos los ámbitos de sus vidas: social, económico, familiar, físico, emocional y cultural, y que este daño se transmitió a sus hijas e hijos.
Dado que las violaciones se cometieron entre los años 1981 y 1985, ya no es posible recoger pruebas físicas, por lo que los testimonios de las sobrevivientes son fundamentales para rescatar el pasado.
Los hallazgos
Múltiples test psicológicos conducidos por Ruiz encontraron que las sobrevivientes sufren de depresión, estrés postraumático, embotamiento (ausencia de expresión y disociación emocional), alteraciones del sueño, susto, y delirios de persecución, como resultado de los traumáticos eventos. Una de ellas describió así el terror que aún la persigue: “Siento que alguien va a llegar en la noche y me va a agarrar”.
Otras mujer relató que duerme mal, en ocasiones se despierta y le cuesta volver a conciliar el sueño. Aunque su hija ya está grande, le da mucha tristeza pensar en que su hija no tiene papá. En ocasiones pensó, y aún hoy en día piensa, que si ella hubiera tenido pareja le hubiera sido menos difícil sacar adelante a su hija, pero no pudo porque después de la violencia y de haber sido violada ella le tenía miedo a los hombres.
La investigación de Ruiz determinó que sus relatos son clínicamente creíbles, coherentes, y que la percepción de las mujeres no presenta alteraciones ni deterioro.
La segunda testiga, Mónica Pinzón, evaluó el daño psicosocial provocado por la violencia. Las víctimas perdieron sus tierras, animales y posesiones, y se vieron en la necesidad de invertir lo poco que tenían en enterrar a sus familiares asesinados y a buscar a los y las desaparecidas, lo que las sumió en la pobreza. Muchas de ellas sobrevivieron escondidas en las montañas, pasando hambre y frío. Hasta la actualidad, las mujeres Achi' no han podido recuperarse de las pérdidas materiales.
Pinzón explicó que el Ejército y las PAC utilizaron la violencia sexual como parte de una estrategia para destruir el tejido social de las comunidades indígenas. Se dirigió contra las mujeres porque ellas son dadoras de vida y protectoras de las tradiciones. Esta violencia tuvo además una dimensión cultural:
“Nunca esperaron que las violentaran en días sagrados para el calendario maya, y menos que violentaran a sus autoridades ancestrales: comadronas, ajq’ijab’ (guías espirituales), porque con ellas y ellos se fue la posibilidad de atenderse la salud física y espiritual”, refirió la experta.
Tras la presentación del peritaje, la audiencia finalizó y se fijó la continuación para el 12 de febrero.