RUDA

View Original

“La búsqueda de la justicia y la verdad tiene rostro de mujer”

Marylena Bustamante junto a amigas, amigos y defensoras de Derechos Humanos, realizaron este martes 13 de febrero una marcha hacia el cuartel Matamoros, en la capital de Guatemala, ahora convertido en la Guardia Presidencial, para exigir que persista la búsqueda de Emil Bustamante, desaparecido por el ejército de Guatemala en 1982.

Por Violeta Cetino

El 13 de febrero de 1982, la hija de Marylena estaba de cumpleaños. Desde temprano, recuerda, alistaron los lazos para colgar la piñata y hacer los demás preparativos para la fiesta. Su hermano Emil, llevaría el pastel, pero él nunca llegó. 

Marylena comentó que ese día, en horas de la tarde, ella y demás miembros de la familia emprendieron la búsqueda en hospitales, en morgues, pero Emil había sido detenido en un retén militar. El 23 de marzo de ese mismo año fue visto con vida en el cuartel de Matamoros, zona 1 capitalina, brutalmente torturado. “La búsqueda continúa después de 42 años. No nos hemos rendido, ni nos rendiremos nunca, porque para los familiares de detenidos desaparecidos esta terrible ignominia no fue hace 42 febreros, fue hoy y siempre será hoy porque no hemos podido elaborar un duelo”, compartió. 

Desde entonces, Marylena, a pesar de vivir fuera de Guatemala, lo ha buscado incansablemente. Este martes, previo a la marcha, mencionó que “en este país, la búsqueda de la justicia y la verdad tiene rostro de mujer. Han sido las mujeres las que primero se han organizado para buscar a los detenidos desaparecidos. Por ejemplo, la mamá de Luis Molina Loza que con todo el coraje, ella sola se fue a parar enfrente del palacio nacional a encadenarse para exigirle a Carlos Arana Osorio (expresidente) la devolución de su hijo: fue encerrada como loca, pero afortunadamente fue liberada”, refirió.

Sobre la responsabilidad del Estado de Guatemala por esclarecer el paradero de las más de 45 mil personas desparecidas por el ejército, Bustamante aseguró que “el Estado es sordo y mudo, y es sordo y mudo porque ellos fueron los responsables, porque el Estado guatemalteco sigue siendo tutelado por el ejército guatemalteco, ese que cometió las atrocidades ayer y que, esperemos, nunca más las vuelva a cometer y por eso es que estamos aquí”.

Afirmó que desde los organismos estatales encargados del tema de desapariciones forzadas y garantía de los Derechos Humanos, el trabajo no es consistente.  “No hay justicia, no hay búsqueda, no hay desde los organismos como la PDH y la Fiscalía de Derechos Humanos. Ellos tienen el testimonio e información del caso de mi hermano, como el de miles, pero no hay voluntad política, no les dan recursos para investigar”, indicó. 

Entretanto, Marylena guarda una pequeña esperanza de apertura con la llegada de Bernardo Arévalo y Karin Herrera al gobierno. “El Dr. Bernardo Arévalo debe de, como jefe de las Fuerzas Armadas, obligar a que los archivos se abran, obligar a que sepamos la verdad”, afirmó.  Además, agregó que el tema de la búsqueda de las personas desaparecidas debe ser prioridad en su agenda, pues muchos de los que creyeron en él y que votaron por él, confían en que se abrirá una mínima posibilidad de saber cuál fue su paradero. 

Amigas y compañeras en la búsqueda de justicia

A esta actividad conmemorativa se presentó también la médica y política Silvia Solórzano Foppa, hija de la escritora, activista feminista y profesora Alaidee Foppa, detenida y desaparecida en 1981, de quien, hasta entonces, se desconoce qué pasó con ella. “No le encuentro la palabra duelo, creo que es lucha. Yo no uso la palabra duelo nunca, porque como lo dijo alguien ahora mismo, en la medida en que no has podido cerrar el ciclo de la vida con un entierro, con un lugar de visita, de honra, no hay duelo todavía; sigue siendo búsqueda y lucha”, compartió. 

La ciudadana Ana López, maya Mam y originaria de Huehuetenango también acompañó a Marylena y dentro de los motivos que tuvo para presentarse, están la recuperación de la memoria histórica.  “Yo tenía 10 años en 1980 cuando se desató el conflicto armado muy fuerte en Guatemala.  Soy una de las miles de niñas y niños que sufrimos el conflicto armado interno desde la región del Ixcán, Quiché, entonces me he identificado en la lucha por la recuperación de la memoria histórica, la denuncia y el acompañamiento que implica la reconstrucción del tejido social”, dijo.

Marilyena Bustamante, ya en las afueras de la Guardia Presidencial, hizo una solicitud a las autoridades del gobierno central. “Yo le pido al presidente de la república, el Dr. Bernardo Arévalo, que nos entreguen los archivos, que nos entreguen la verdad, que nos entreguen las tumbas, que muy probablemente están en este cuartel y en otros cuarteles militares”, puntualizó y agradeció a la asistencia por siempre acompañarla en la lucha por la verdad y contra el olvido.